Caminado entre la hojarasca



Salir a pasear por la montaña es un verdadero placer en cualquier época del año. Pero aún lo es más en otoño, cuando las hojas caídas de los árboles cubren las sendas y has de caminar pisándolas.

El crepitar de las mismas al partirse, se entremezcla con el trino de los pájaros que se afanan por recoger reservas para el invierno.

De vez en cuando das un puntapié y todas saltan por los aires, dejándose nuevamente caer hasta el lecho de los caminos.

Es época para abrigarse con un grueso jersey de lana y dejarse llevar por los colores entre ocres, rojizos y verdes de los bosques... todo un lujo para la vista.

Si además eres aficionado a las setas... éste es tu mejor momento.

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