Cuando yo era pequeño y caminaba con mis padres o mis amigos por el monte, solíamos observar multitud de plantas, árboles y flores diferentes. Los críos eramos muy aficionados a arrancar hojas o ramas de los árboles, a recoger moras o fresitas silvestres o a rodar ladera abajo... Así pasabamos el rato.
Me acuerdo de unos arbustos con unos frutos pequeñitos de color rojo... Siempre nos decían: - No los toquéis, que son venenosos...- Otras veces la frase era: - No los toquéis, porque eso es lo que comen las serpientes...-
No creo que hubiera nada de cierto en todo aquello, y desconozco porque nos lo decían... pero en todo caso surtía su efecto porque conseguían que ni si quiera nos acercaramos a ellos.
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