Sin lugar a dudas... uno de los sitios más impresionantes en los que he estado (de momento)... ya no sólo por la belleza de la Catedral en sí misma... sino por el lugar en el que se encuentra, en pleno corazón de Moscú... en el extremo sur de la Plaza Roja, junto a los muros del Kremlin.
Se construyó en 1.555 por mandato del Zar Ivan IV "el Terrible", quien, a su finalización, ordenó dejar ciegos a sus arquitectos para que jamás puedieran diseñar un edificio más bello.
Se levantó en honor a la victoria rusa sobre las tropas tártaras que por entonces ocupaban esos territorios... y cada una de sus cúpulas es similar a los turbantes que portaban los dirigentes decapicados del ejercito enemigo.
A parte de su peculiar forma, propia de la arquitectura tradicional rusa, destaca la variadísima gama de colores que decoran cada ladrillo del edificio, tanto por dentro como por fuera.
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