Piscina de agua salada



Los caprichos de la naturaleza hacen que a veces las rocas, por muy duras que nos parezcan, se vean modeladas como por un cincel mágico para dar lugar a bellos parajes como el de la fotografía.

Se trata de una piscina natural justo al lado del grandioso océano Atlántico. Sin duda un lugar perfecto para románticos que quieran deleitar sus sentidos dándose un baño al atardecer.

En sus aguas se entremezclan los colores negruzcos de las rocas, verdosos de las algas, azules del mar y del cielo y grisáceos o blancos de las nubes. Todo un espectro de matices que le aportan una pizca de misticismo al conjunto.

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