En un bello día de verano pude disfutar con traquilidad del sol sobre mi rostro, mientras me deleitaba con la imagen de un viejo molino de madera. En otro tiempo trabajó a buen ritmo para convertir en harina todo el cereal de la región.
Las pequeñas casas del pueblo de Suzdal como telón de fondo eran el complemento perfecto para la composición de esta fotografía.
Si Don Quitote hubiera podido ver estos molinos... se habría vuelto loco... ... más si cabe.
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2 comentarios:
Hola Oscar, donde esta este molino tan bonito, por favor? creo que me iria bien como localización para un corto. Soy César, gracias. (mimessengerprivado@hotmail.com)
querido César... deberás viajar a Rusia para encontrarlos y quizás por el camino tu corto se convierta en largo.
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