Lavadero de ropa




Callejeando por el madrileño municipio de Chinchón, escondido entre algún casas de su casco viejo, se puede encontrar un viejo lavadero... donde antaño seguro se arremolinaban las lugareñas para charlar al tiempo que blanqueaban la ropa antes de tenderla al sol.

De aquello sólo queda el ruino de su caño de agua y el reflejo de una labor del pasado, de esas que se perdieron para siempre con la llegada de la tecnología.

No me imagino al hombre del siglo XXI lavando su ropa, de rodillas y con un jabón de pastilla.

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