Al pasar el verano... los frutos comienzan a marchitarse... pronto caerán al vacío, para servir de alimento a hormigas y otros insectos...
Y detrás irán las hojas... y así dejarán paso a otro ciclo natural... la vida misma.
A este árbol, situado en una ladera sobre el municipio valenciano de Sagunto, ya le quedan pocos... y todos... frutos secos.
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