
Me refiero a esa gente privilegiada que además es capaz de darle un sentido a todo ello y crear verdaderos belenes como el de la fotografía, donde tres ratoncitos se afanan en mordisquear un trozo de queso que parece resistírseles.
Y por pura casualidad expositora, ¿no os parece de lo más surrealista la situación de los pobres roedores, encaramados a su comida, huyendo de esa colonia de gatos que los acechan?. Y para más inri, el único perro de la escena resulta ser de un tamaño bastate inferior al de los mininos... ¿quién dijo que la imaginación del ser humano había muerto?