Con mucha paciencia... así es como hay que tomarse las largas caminatas.
Los días que salgo a caminar procuro hacer rutas interesantes, recorrer estrechos caminos, conseguir nuevas cimas... Pero cuando llevas varias horas sin descansar, miras hacia arriba y todavía te queda lo peor,... hay que sacar fuerzas de donde sea para proseguir, para no venirse abajo, para llegar a tu meta.
El final del camino siempre compensa todos los esfuerzos realizados... y más aún si eres capaz de darte la vuelta y disfrutar con lo que acabas de hacer... mirar hacia abajo y gritar al mundo... ¡he llegado! sí... ¡lo he logrado!.
Entonces... ya puedo regresar a casa tranquilo, tras un agradable día de senderismo.
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